jueves, 7 de septiembre de 2023

La música festivalera sigue creciendo

Luisondome 

Después de tres temporadas de festivales muy sobrios o prácticamente inexistentes debido a la pandemia de coronavirus, 2023 se perfila como la esperada vuelta a la normalidad, ya que los amantes de la música están disfrutando más despreocupadamente de los espectáculos musicales en vivo.

Según las estimaciones de Statista Market Insights, se espera que todo el sector de la música en vivo, incluidos festivales y conciertos, así como también musicales y óperas, vuelva este año a su trayectoria de crecimiento prepandémico. Statista prevé, además, que la venta de entradas en línea para eventos relacionados con la música alcance los 33.800 millones de dólares este año.

Las estimaciones de Statista se basan en el valor bruto de la mercancía, y éstas representan lo que los consumidores pagan realmente por las entradas en un año determinado, independientemente de cómo se distribuya ese dinero entre organizadores, artistas y plataformas de venta de entradas online. Tras el auge de las plataformas de streaming de música y las críticas por parte de los artistas en cuanto a la distribución del dinero, actualmente la parte más importante de los ingresos de un artista provienen de los espectáculos en directo, además de las licencias y el merchandising.


Según el portal Statista, año tras año, España recibe una gran cartelera de artistas del panorama musical nacional e internacional en los distintos festivales de música que tienen lugar en su territorio. Por ejemplo, en Benicàssim se celebra uno de los más legendarios del país, el FIB. Este evento, que reúne estilos musicales para muchos gustos y suele apostar por propuestas innovadoras, congregó el pasado año a 180.000 personas en sus 61 conciertos, convirtiéndose así en el sexto festival español con el mayor número de asistentes, según datos del Anuario de la Música en Vivo 2023, publicado por la Asociación de Promotores Musicales (APM).

Los macrofestivales volvieron en 2022 tras dos años de silencio registrando récords históricos de aforo. Con mucha diferencia, el que concentró un mayor número de participantes fue el Primavera Sound. El gran espectáculo barcelonés cerró la edición doble de su 20 aniversario con más de 500.000 espectadores, repartidos durante dos fines de semana y conciertos bajo el nombre de Primavera a la Ciutat durante toda una semana. En la segunda posición del ranking figura Mad Cool, que en su quinta edición registró 310.000 asistentes, cerca de 125.000 más que en la última edición de 2019. Artistas como Vetusta Morla, The Who, Bastille y Dua Lipa han pasado por este festival madrileño, que también da cabida a otras vertientes artísticas como la moda, el cine, la gastronomía y la fotografía. El Top 3 lo cierra Arenal Sound, celebrado en Burriana (Castellón), con 300.000 personas.

No cabe duda de que la música en vivo goza de buena salud, y el negocio que con ella se mueve, sigue creciendo.

Fuente: Statista

Científicos hicieron una portada de Pink Floyd a partir de escáneres cerebrales

Luisondome 

De alguna manera, 'Another Brick in the Wall (Part 1)' se volvió aún más espeluznante. ADAM RITCHIE/REDFERNS VÍA GETTY

Al analizar la actividad neuronal de los pacientes, los investigadores reconstruyeron el audio de 'Another Brick in the Wall (Parte 1)'.

Si piensas en la canción clásica de Pink Floyd "Another Brick in the Wall (Part 1)", es probable que escuches instantáneamente ese coro icónico y parecido a un dron en tu cabeza. Su melodía laboriosa es un componente clave de la prosodia de Roger Waters: las variaciones vocales como la entonación, el estrés, el ritmo y el acento que hacen que el habla humana suene... bueno, humana. Sin embargo, lograr que un programa de conversión de texto a voz recite "No necesitamos educación", por lo general produce un tono mecánico muy diferente y monótono. Pero, ¿qué pasaría si tales herramientas no solo pudieran comprender la voz interna de su mente, sino también recrear con mayor precisión las características de prosodia previstas?

Gracias a los nuevos avances de los investigadores de la Universidad de California, Berkeley, los expertos están más cerca que nunca de hacerlo realidad.

Según los hallazgos publicados el 15 de agosto a través de PLOS Biology, un equipo de neurocientíficos ha reconstruido un clip de audio de, lo adivinaste, "The Wall" de Pink Floyd utilizando solo la actividad eléctrica registrada en los cerebros de los oyentes. Como señala el anuncio de UC Berkeley, esta es la primera vez que los investigadores han recreado con éxito la instrumentación, el ritmo y las melodías vocales de una canción a partir de escáneres cerebrales.

La impresionante hazaña tardó más de una década en gestarse. Entre 2008 y 2015, los investigadores reclutaron a 29 pacientes con epilepsia ya programados como parte de sus tratamientos para recibir conjuntos de implantes cerebrales de electrodos en forma de clavo. Estas matrices le dieron al equipo la oportunidad de registrar fácilmente su actividad cerebral. A partir de ahí, los investigadores se dispusieron a unir áreas de neuroactividad con bandas de frecuencia de audio individuales, 128 de ellas, para ser exactos. Como señaló The New York Times el 15 de agosto, esto significó entrenar 128 modelos de computadora separados para decodificar los datos, que cuando se combinaron, ofrecieron una sorprendente recreación de la canción de Pink Floyd.

"Es un resultado maravilloso", dijo en un comunicado el coautor del estudio, Robert Knight, neurólogo y profesor de psicología en UC Berkeley. “A medida que avanza todo este campo de las interfaces cerebro-máquina, esto le brinda una forma de agregar musicalidad a futuros implantes cerebrales para las personas que lo necesitan”, como aquellos que sufren de ELA o condiciones similares que comprometen el habla.

“Te da la capacidad de decodificar no solo el contenido lingüístico, sino parte del contenido prosódico del habla, parte del afecto. Creo que eso es en lo que realmente hemos comenzado a descifrar el código”, agregó Knight. Además de sus prometedores avances en la recreación de audio, el equipo de Knight finalmente pudo confirmar que el lado derecho del cerebro está más equipado para la música que su corteza cerebral izquierda.

En cuanto a por qué los investigadores aterrizaron en "Another Brick in the Wall (Part 1)" de todas las canciones, es menos simbólico que práctico. Los pacientes con epilepsia eran mayores y la mayoría ya disfrutaba de la canción. Hablando con The NY Times, un investigador razonó que sus datos serían menos confiables o útiles, "si [los participantes] dijeran: 'No puedo escuchar esta basura'".