AUDITORIO MIGUEL DELIBES. VALLADOLID |
Järvi y Fischer |
Müller-Schott y Fischer |
Se inició el programa del día con El Carnaval Romano, Obertura característica en La Mayor para Orquesta, Op.9/h95, de Hector Berlioz, en la que ya se pudo apreciar la calidad de la Orquesta y el estilo de dirección de Järvi, lleno de sutilezas gestuales.
El plato fuerte del día vendría después con la performance del Doble Concierto para violín, violonchelo y Orquesta en La menor, Op. 102 de Johannes Brahms. Perfecto el acoplamiento de ambos solistas en el desarrollo de la Obra, y el de estos con la Orquesta. Pudimos comprobar los asistentes la enorme calidad que a ambos solistas se les reconoce, a pesar de su juventud, y que fue premiada con una sonora y larga ovación, tras la cual nos regalaron como propina el segundo movimiento, Tres Vif, de la Sonata para violín y violonchelo de Ravel, en la cual se alternan los pizzicatos de ambos instrumentos con los fragmentos con arco en un dialogo continuo de ambos solistas que maravilló a la audiencia.
La segunda parte se inició con la obra de George Guershwin Un Americano en París, Suite para Orquesta, y tras ella de Nuevo Maurice Ravel con su Daphnis y Chloé, Suite nº 2 para Orquesta, Op. 57b. En esta obra hay que resaltar la espléndida calidad del viento de la Orquesta, en la que hay que destacar especialmente la actuación de la Flauta de Ann Maugue, reconocida por el público con una particular y ruidosa ovación y por el Sr. Järvi haciendo que saliera a recibir estos merecidos aplausos desde el frontal del escenario, algo poco habitual en las salas del concierto.
Finalmente la Orquesta nos regaló una nueva propina tocando L´ Arlesienne, en la que de nuevo se pudo apreciar la calidad del conjunto orquestal, lo que Neeme Järvi quiso evidenciar al retirarse en medio de la ejecución de la obra dejando solos a los músicos, la autonomía de este excelente conjunto orquestal.
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